El nombre de Ca’Marcanda procede de una expresión piamontesa que puede traducirse como “la casa de las negociaciones interminables” y hace referencia a las diversas reuniones entre los anteriores propietarios del terreno y Angelo Gaja.
De carácter preciso y directo, la nariz se abre con notas terrosas y balsámicas de violeta, raíces, corteza y savia. El paladar es rico, con notas concentradas y crujientes de mora, arándano, regaliz y naranja roja. El final es sabroso, casi carnoso, con una precisa nota de hierro que perdura en el retrogusto.
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